jueves, 10 de marzo de 2011

EL CRIOLLISMO EN VENEZUELA


Esta actividad literaria llamada también "regionalismo" se afianza en Latinoamérica a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Los escritores muestran una definida posición nacionalista en el arte y una conciencia literaria madura. Son americanistas también, en cuanto se desentienden del peso de las tradiciones europeas y centran su interés en nuestro continente. Es una corriente que se basa exclusivamente en temas propios y característicos de un país o región, relacionados particularmente con los aspectos de la vida popular y los ambientes rurales, como lo más genuino y auténtico del alma nacional.


A diferencia de los escritores románticos (Echeverría, Isaac y otros) y de los indigenistas de la misma época ( Zorrilla de San Martín y otros), ponen su objetivo en el paisaje antes que en los individuos. Por esto son notoriamente descriptivos. Además, los personajes de sus obras son por lo común víctimas de esa naturaleza americana, brutal, inhóspita y grandiosa. Asimismo, son excelentes artistas que dominan la técnica de la novela, el relato o el cuento, como consecuencia de las enseñanzas dadas por los poetas y prosistas del modernismo

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Continúan la tradición modernista de hacer verdadero arte escrito, pero con contenidos nacionales, antes que los cosmopolitas preferidos por sus predecesores. Dominan el manejo de la lengua y conocen a fondo los regionalismos de vocabulario sintácticos, que usan sin prejuicios en sus obras. Los diálogos se caracterizan por la fidelidad a las hablas locales. Y, finalmente, conocen a fondo la psicología
de los habitantes de esas regiones, y los presentan con exageraciones o idealizaciones irreales. Los más grandes representantes del movimiento criollista en Hispanoamérica fueron Rómulo Gallegos (Venezuela), José Eustasio Rivera (Colombia),
Horacio Quiroga (Uruguay-Argentina), Ricardo Güiraldes (Argentina).

Durante todo el siglo XIX y comienzos del siglo XX, el escritor venezolano buscaba, a través de la novelística, una forma de resolver del conflicto existencial que presentaba, tratando de encontrar la razón de su ser, como venezolano, como latinoamericano. El Criollismo fue el medio y la explicación del escritor, plenamente integrado con su tierra. Cabe destacar, que el criollismo en la literatura venezolana, se presenta como un instrumento de defensa ante lo extranjero, con el fin de "rescatar" el habla del pueblo, sus actitudes, hábito social: el ser venezolano. Ante el proceso de modernización de la literatura impulsada en el país, después de los años treinta, que implicaba el planteamiento de una literatura al ritmo, recursos y temas de la literatura norteamericana y europea; el escritor criollista busca incorporar lo campesino y lo regional, para buscar la diferenciación de la identidad..

Según afirman Sambrano y Miliani (1991) El Criollismo en Venezuela no aparece como un estilo literario academicista, sino como el resultado de una condición de vida, de una forma de asumir la realidad y de relacionarse con ella. Luis Manuel Urbaneja Achelpohl, es considerado el paladín del Criollismo, ya que es el mayor exponente de esa corriente literaria. El Criollismo literario cobra fuerza en las décadas de 1890 -1900; se desarrolla en obras y doctrinas críticas entre 1900 y 1920; culmina en el decenio de 1920-1930 con grandes novelas que se proyectan más allá de las fronteras nacionales e idiomáticas.

Características del Criollismo

Como una prolongación del Americanismo literario, esta corriente aspiró a expresar lo autóctono, en oposición al exotismo de los modernistas. Ellos sentían que estaban interpretando la fisonomía de sus pueblos y ganando un puesto propio en el panorama literario universal.

El paisaje criollo es descrito casi siempre de manera estática, desvinculado de la acción en las obras narrativas.

Los tipos humanos son propios de una determinada región, con sus costumbres, tradiciones, creencias, formas de trabajo y de vida en general.

En armonía con estos personajes, el lenguaje narrativo asumió dos tonos: uno culto, adecuado al escritor cuando era éste que se expresaba, y uno popular, cargado de voces y giros locales, correspondientes al habla de los campesinos.

Está presente la crítica social que se advierte en todos sus grandes representantes, como una lección moral indirecta que se desprende del hecho mismo referido en la obra narrativa.

Entre los criollistas venezolanos más importantes tenemos a Manuel Vicente Romerogarcía, Luis Manuel Urbaneja Achelpohl, Francisco Lazo Martí y José Rafael Pocaterra.

Reseña sobre Luis Manuel Urbaneja Achelpohl

Nace en Caracas el 25.de febrero de 1873. Hijo de padres alemanes, el general Luis María Urbaneja e Isabel Achelpohl. Cursó estudios en el colegio Santa María el cual egresó en 1888. En 1890 ingresó en la Universidad Central de Venezuela para cursar estudios de derecho, los cuales no concluyó.

Su adolescencia es de estirpe romántica: rebelde ante los convencionalismos sociales, desinteresado por la educación tradicional, amante de la naturaleza. De ahí que emprende largas excursiones durante las cuales se interna en los campos, a veces por semanas, al cabo de las cuales regresaba tan silenciosamente como se había ido, trayendo inundada el alma de gentes y paisajes criollos. Con estos motivos comienza a escribir en un género que estaba de moda. Se trataba de pequeños poemas en prosa, que solían denominarse "acuarelas".

A los veinticinco años, Urbaneja recibe su bautizo de fuego, en la Revolución Nacionalista que acaudilla el General Hernández contra el gobierno de Ignacio Andrade. Las escenas de violencia que presencia en los campos de guerra, los increíbles personajes que conoce, le permiten describir y narrar con gran vigor y realismo las batallas de su mejor novela, En este país!...

Después de esta experiencia bélica la vida de Urbaneja Achelpohl transcurre en la paz hogareña. Se aparta de los cenáculos políticos e intelectuales, se dedica a su trabajo bucólico y al ejercicio callado pero continuo de su oficio literario. Por la mañana dialoga con gañanes, peones, ordeñadores; por la tarde recibe la visita de sus compañeros de letras, Pedro Emilio Coll, Pedro César Domínici, José Rafael Pocaterra, Rufino Blanco Fombona, Rómulo Gallegos, Jesús Semprum, Juan España.

Cuando sus amigos y compañeros de generación escalaban los más altos sitiales de la política criolla, él estaba en puestos de ninguna importancia, para mal vivir, o no figuraba al frente de cargo alguno. Casi vivió toda su vida como en un retiro virgiliano. Lejos de los círculos literarios y políticos, donde, según sus propias palabras, no privaban «hipocresías y envidias», se mantuvo siempre Urbaneja. Por esto tenía una vaquería donde se identificaba con la naturaleza. Vivió el Criollismo con gran intensidad.

Figura junto a Pedro Emilio Coll y Pedro César Domínici entre los fundadores de la revista Cosmópolis cuyo primer número circuló el 1 de mayo de 1894; desde el comienzo esta publicación fue uno de los voceros del movimiento modernista en Venezuela. En 1896, recibió el primer premio del concurso de cuentos de la revista El Cojo ilustrado, por su relato "Flor de Selva". Entre 1896 y 1898 fue un asiduo colaborador de esta revista, en la que publicó numerosos cuentos. Tras el fraude electoral perpetrado en 1897 contra el general José Manuel Hernández, el Mocho, se incorporó en el alzamiento de los liberales nacionalistas (1898). En el gobierno de Cipriano Castro ejerció el cargo de fiscal de instrucción pública en Valencia (1900-1905) y, en Caracas, trabajó en la Secretaría de la Corte Federal y de Casación (1905-1910). Durante el régimen de Juan Vicente Gómez se mantuvo al margen de la política; a la muerte de éste fue nombrado director de la Escuela de Arte Escénico y de la Biblioteca Nacional (1936). Entre 1910-1911 se desempeñó como codirector junto a Alejandro Fernández García, de la revista “Alma Venezolana”. En 1916 obtuvo en Buenos Aires el primer premio en el Concurso de Novelas Americanas con la más representativas de sus obras: En este país... Convirtiéndose en el primer escritor venezolano en recibir un galardón internacional. En 1922 apareció su principal creación como cuentista: Ovejón...; el cual fue publicado por primera vez por José Rafael Pocaterra en la "novela semanal", serie que se editaba en Caracas. En 1927, publicó el novelín El tuerto Miguel. En 1937, apareció su segunda novela La casa de las cuatro pencas. Con su familia habita en los aledaños de Caracas, primero en Los Dos Caminos, luego en Quebrada Honda, más tarde en El Valle. Muere en Caracas el 5 de septiembre de 1937.

Después de su muerte, su esposa se convirtió en una celosa conservadora de su obra. A ella se debe la primera recopilación orgánica de sus escritos El criollismo en Venezuela (1945). Con el tiempo, sus papeles fueron donados por su familia al Centro de Estudios Literarios de la Universidad Central de Venezuela. En 1973, fueron publicadas sus Obras completas. Su obra se caracterizó por la incorporación del realismo y las formas naturalistas de la ficción, lo que le permitió a Urbaneja Achelpohl destacar "lo criollo" como propuesta estética coherente.

La Obra Literaria de Luis Manuel Urbaneja Achelpohl.

Urbaneja Achelpohl es el creador del criollismo en la literatura venezolana. El concibe sus personajes como su propia vida. Son personajes llenos de un aire rural saludable. Hombres rudos apegados a su paisaje y a su cielo. Sin embargo, no fue Urbaneja, desde un principio, un apasionado criollista. Al principio, al igual que la mayoría de los escritores hispanoamericanos, recibe la influencia literaria francesa; según Pedro Emilio Coll escribió algunas fantasías en prosa del género llamado decadente». Después pasa por un período intermedio. Bajo el influjo de Federico Mistral, (escritor francés, cuya poesía es campestre) aprende a gustar la poesía del campo. El paisaje venezolano canta entonces su himno de bellezas, en su prosa pura, espontánea, como nuestros ríos, como nuestros valles, como nuestras montañas. Urbaneja, que siempre había vivido identificado con la naturaleza, se empieza a descubrir él mismo. En su prosa aparecen escenas típicas de nuestros campos: el idilio de los campesinos, la yunta perezosa de bueyes que aran la tierra pródiga, el sol quemante de los mediodías, los polvorientos caminos de las aldeas, perdidas en las inmensas soledades, en los reflejos de los vastos horizontes venezolanos.

Ante el refinamiento de la literatura modernista, preconizado por muchos de sus contemporáneos, Urbaneja fijó sus ojos en el más crudo realismo. No transigió con los amaneramientos y se fue por los caminos del campo dispuesto a exaltar el paisaje, las costumbres, los tipos criollos, tal como eran: sin empalagosos rebuscamientos. Sus cuentos Ojo de Vaca, Ovejón y otros caracterizan extraordinariamente este período de la obra del creador del criollismo en la prosa venezolana. En cuanto a la novela, Urbaneja Achelpohl representa como el nacimiento de la confianza, de la fe, en el porvenir del género. Lejos del pesimismo y del afrancesamiento, que habían predominado en nuestra novelística, sitúa a sus personajes, rudamente venezolanos, moviéndose en un paisaje vivo, fresco y espontáneo

Las novelas publicadas por Urbaneja Achelpohl son las siguientes: En Este País, la cual ganó el segundo premio en un concurso realizado en la Argentina en 1910; El Tuerto Miguel (novelín), publicada en 1927, y La Casa de las Cuatro Pencas (1937). Inédita dejó A la Sombra de la Negra Juana, Además, Urbaneja Achelpohl realizó una considerable obra cuentística que quedó dispersa en las mejores revistas de la época publicadas en Venezuela. Los Abuelos, Flor de Mayo. Botón de Algodonero, Flor de las Selvas, son algunos de ellos. En 1944, la viuda del escritor, doña Lola Pelayo de Urbaneja Achelpohl, empezó a publicar bajo el titulo El Criollismo en Venezuela, esa obra que hasta el momento había permanecido disgregada, consiste en prédicas y cuentos de ambiente venezolanista.

Aspectos importantes de la novela En Este País

De todas sus obras narrativas, la que mayor valor literario posee es su novela En Este País. Está escrita en una prosa sencilla y elegante, algunas veces recargada de giros criollos demasiado localistas. La novela cuenta como trama los amores de un joven campesino: Paulo Guarimba, con la hija del rico dueño de la hacienda donde trabajaba: Josefina Macapo. El muchacho, un gañan de posición humilde, criado de la casa, contrasta en sus aspiraciones con la posición de la muchacha, hija de un rico hacendado. Pero el amor no tiene fronteras, no reconoce diferencias sociales y los dos se aman. A través del desarrollo de los amores de Paulo y Josefina, el novelista describe en el más criollo lenguaje las costumbres de los campos, de las aldeas; los prejuicios sociales y las vanidades de la vida vernácula. Al final, Paulo, que se hizo general en una de las montoneras o guerras civiles, llega a ser Ministro. Entonces su situación social cambia de repente. Los padres de su novia se muestran complacidos con su matrimonio e infinidad de aduladores le queman incienso. Sin duda, que esta novela de Urbaneja plantea el ascenso de las clases populares y la declinación inmediata de las clases previlegiadas, por obra y gracia de nuestras contiendas internas, como la Guerra Federal, por ejemplo, donde se firmaban ascensos militares en blanco. En ella están de manifiesto muchos de nuestros problemas sociales, espirituales y políticos expuestos con una sabia delicadeza, con gran suspicacia y con una gran dosis de valor estético.

Con la aparición de la novela En este país se concreta el triunfo del héroe criollo sobre una sociedad mezquina. Es decir, un Paulo Guarimba que supera su condición social enfrentándose a diversos obstáculos que le impiden el amor de Josefina. Paulo llega a ser General, escala las posiciones económicas y políticas necesarias para obtener el amor de su dama.

El Criollismo es la expresión del mestizo, es palabra de vida para el venezolano. Frente al estetismo de los modernistas, frente al preciosismo de nuestra prosa y a la manera de plantear nuestros problemas con los ojos puestos en lo exótico, Urbaneja crea de esa manera lo que pudiéramos llamar la semilla de la genuina novela venezolana.

Vale destacar que para Venezuela, el desarrollo de esta novela llevó incluido una aspiración sociológica y política. Con referencia al paisaje, el mundo rural y la ciudad se integran detallando de manera muy definida cada uno de los elementos que conforman esos ambientes con minuciosa rigurosidad, y como herencia del romanticismo se aproxima al color local. De allí que, es muy común el hecho de que el sentimiento patrio comience por el paisaje. Por otra parte, éste es el elemento básico presente en la novela pues, en esta obra, al igual que en otras, el paisaje consagra su entusiasmo, y narrar lo que les ocurre a los hombres de pueblo con quienes se tropieza en posadas de camino, a la sombra de bucares, en las estepas y al pie de las vacas. El autor en su obra, conserva el sentimiento del paisaje, la visión vivificada y personificada de la tierra, la flora, la fauna y el interés por la vida del hombre rural.

Haciendo referencia a los personajes centrales de la obra: Paulo un pobre peón, y Josefina, la hija de los dueños de "Guarimba", se crea el conflicto, que es de orden socioeconómico. Ellos, no evolucionan demasiado, más bien permanecen estáticos. A lo largo de la novela, Paulo no hace sino atender a sus sentimientos por Josefina, como peón que la acompaña en sus excursiones campestres, como soldado, no tiene miedo a enfrentarse a toda clase de peligros y cumple las mayores hazañas en su afán por hacerse general e ingresar a la clase de su amada. Por otra parte, Josefina es la muchacha enfermiza que recuerda a las heroínas románticas, quien haciendo caso omiso de los prejuicios de su clase, se enamora de Paulo Guarimba, descendiente de esclavos, afronta la ira de sus padres, que la arrojan de la casa por considerarla indigna. En este aspecto, la novela de Urbaneja, es romántica e imaginativa.

Otro personaje bastante interesante es el doctor Gonzalo Ruiseñol, propietario de la hacienda "La Floresta". Graduado en Norteamérica de Ingeniero Agrónomo, regresa lleno de proyectos encaminados a lograr un mayor rendimiento de las tierras de labranza, un mejor provecho en la cría de ganado vacuno y de las aves de corral. Sus ideas progresistas chocan con la opinión adversa de los viejos agricultores, quienes llegan a juzgar al doctor Ruiseñol como un demente, un alocado o un soñador. Aparece, también como personaje de interés, como caricatura social, el periodista de apellido Guaro. Hombre adulador, oportunista y reaccionario. En él, Urbaneja representa a los individuos, símbolos de una Venezuela descompuesta por la ambición y las guerras civiles. Por ello, uno de los valores en esta novela es de carácter ético.

La segunda parte (capítulos XII-XVII) tiene por escenario los campos de la guerra civil. Los combates, particularmente, están narrados con gran vigor y realismo, por lo que es de suponer que responden a vivencias de Urbaneja en sus andanzas revolucionarias. En esta guerra juegan su suerte Paulo Guarimba (quien pelea como recluta en las filas del gobierno), y el doctor Gonzalo Ruiseñol (quien se ha ido con los revolucionarios para salvar de la hipoteca su hacienda "La Floresta"). El bando subversivo pierde. El doctor Ruiseñol cae preso y es conducido a una tenebrosa cárcel política, a la que llega realmente destruido, tanto moral como físicamente. De la prisión lo libera el General Paulo Guarimba, Ministro de Guerra y Marina, quien además le consigue un empleo como archivero, para que el doctor Ruiseñol viva decorosamente.

La tercera parte (capítulos XVII-XX) refiere la entrega de la hacienda "La Floresta" a don Toribio y doña Carmen Pichirre; y las bodas fastuosas del General Paulo Guarimba y Josefina Macapo, quienes cuentan ahora con la aprobación y el contento de los padres de la novia.

La novela de Urbaneja presenta el ascenso de un personaje del pueblo a las cimas del poder. Guarimba, signo del pueblo, sale del anonimato y escala elevadas posiciones, pero Ruiseñol desciende de la posición de un rico terrateniente a la de un empleadillo de inferior categoría. El tema de la descomposición moral y el desmoronamiento de la vieja aristocracia terrateniente venezolana, es evidente en esta obra de Urbaneja Achelpohl

Sin embargo, la obra es una novela donde predomina el ambiente. Éste se desborda en las descripciones y logra salir triunfante en su lucha con el entorno citadino. El campo adquiere una importancia dominante y los caracteres han sido determinados por él, lo mismo que el curso de sus actos. Desde la primera página, hasta la última, está latente la furza inaudita de la geografía campestre, convertida en ser vivo. Asimismo, se podría decir que todos los personajes de la novela, desde los protagonistas hasta los más insignificantes, están en cierta relación con el ambiente.

Lista de Referencias

Baez,L. Retrospectiva de "En este país". El paisaje en la novela criolla venezolana. Disponible:

www.monografías.com

Díaz Seijas, P. Luis Manuel Urbaneja Achelpolh. Disponible

www.literaturadevenezuela.com/.../lv_luismanuelurbaneja.html

Luis Manuel Urbaneja Achelpohl. Disponible:

www.venezuelatuya.com/biografias/achelpohl.htm

Luis Manuel Urbaneja Achelpohl. Disponible

www.efemeridesvenezolanas.com/.../urbaneja.htm

Medina, J. D. Principios para una Teoría de la novela venezolana del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Maracaibo-Venezuela: Universidad del Zulia

Sambrano Urdaneta, O. y Miliani D. (1991) Literatura Hispanoamericana I. Caracas. Venezuela: Monte Ávila Editores Latinoamericana

4 comentarios:

  1. Tremenda pagina, compañera, me ha servido muchisima. Muchisimas gracias, se le agradece mucho.

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  2. Una pregunta a quien pudiera responderme: ¿Dejó descendencia el escritor Luis M. Urbaneja Achelpohl? Lo pregunto por lo siguiente:

    Vivo en Calabozo, edo. Guárico. Un día visitando la tumba de un familiar cercano, ví en el cementerio nuevo de acá una lápida con un nombre de mujer (no lo recuerdo en este momento) y se apellidaba URBANEJA ACHELPOHL. Me causó mucha curiosidad por cuanto el segundo no es un apellido precisamente común, y más aún precedido del Urbaneja.
    Agradecido estaré de quien satisfaga mi curiosidad, ya que he buscado en internet y no aparecen datos de sus hijos o parientes cercanos. Saludos a todos.

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    1. No tuvo hijos y si hubiera tenido no tendrían sus dos apellidos, porque se le pone el primer apellido del padre y el primero de la madre. La esposa de Luis se apellidaba Pelayo. Pero si, Luis tuvo hermanas: Carmen Urbaneja Achelpohl, Elena Urbaneja Achelpohl, María Teresa Urbaneja Achelpohl y María de la Luz Urbaneja Achelpohl. Espero que esta informacion te sirva.

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    2. Pero entonces si tiene sus dos apellidos sería hermana ?

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