A. EL QUEÍSMO
Se conoce como “queísmo”, por una parte, la omisión de la preposición “de” en oraciones subordinadas encabezadas por “que”. Ej.: Tengo la esperanza que vengas mañana. ¿Te acuerdas que…?. Por otro lado, también se considera “queísmo” la repetición del “que”, en vista de que resta fluidez y elegancia a la frase. Veamos los siguientes ejemplos y su corrección.
a) El diccionario de que te hablé es el único que está actualizado y por eso es que te recomiendo que lo compres, ya que las faltas de ortografía que hay en tus escritos es por lo que obtienes malas notas. Corrección. El diccionario del cual te hablé es el único actualizado y por eso te recomiendo que lo compres, pues las faltas de ortografía son la causa de las malas notas.
b) En la librería que hay en el parque, cerca de la tienda que vende licor, tienen un libro que ha ganado varios premios y que presenta muchos modelos de documentos que son útiles para los que tienen que redactar informes técnicos. Corrección. En la librería del parque, cerca de la licorería, venden un libro ganador de varios premios, con muchos documentos útiles para quienes tienen que redactar informes técnicos.
El uso indebido del “que” origina equívocos, incorrecciones y errores por ultracorrección.
a) Los equívocos producen formas oscuras en la redacción; tal como se puede observar en las siguientes frases: Hablamos con Luis, el sobrino de Pedro, que te envía saludos. (¿Quién envía los saludos, éste o aquél?). En el banco, el gerente es Fernando Díaz, el primo de Samuel León, que irá en la misión al exterior (¿Quién irá, éste o aquél?). El título de este libro, que es difícil de entender… (¿quién es difícil, el título o el libro?).
b) También suelen ocurrir incorrecciones que causan pesadez y mala asonancia. Ej. Los que allí estaban que conocían la situación, expresaron todo lo que sabían y lo que les parecía para lograr que se solucionaran los problemas que habían surgido. Corrección. Los presentes, conocedores de la situación, expresaron cuanto sabían y dieron su parecer para solucionar los problemas surgidos. Otro ejemplo podría ser el siguiente: La casa que está en la esquina que da al este es la que le pareció que era la más indicada para lo que se proponía. Su posible corrección: La casa situada en la esquina este le pareció la más indicada para su propósito.
c) Ultracorrección, se suele omitir el “que” cuando introduce una subordinada. Ej. El banco ha dispuesto sean cancelados estos créditos. Corrección: El banco ha dispuesto que sean cancelados estos créditos.
· Cómo evitar el uso excesivo de la forma “que”
Para evitar el uso excesivo del “que”, se recomienda:
1. Reemplazar el que y el verbo relacionado por un sustantivo.
× El boxeador que triunfó: El boxeador triunfador.
× El economista que escribe poemas: El economista poeta.
× Bolívar, que liberto cinco naciones: Bolívar Libertador.
× El científico que creó la bomba atómica: El científico creador.
× Miguel Otero Silva, que escribió Fiebre: Miguel Otero Silva, autor de Fiebre.
2. Reemplazar la frase introducida por el “que” con un adjetivo.
× Las cifras que hemos mencionado: Las cifras mencionadas.
× El agua que se puede beber: El agua potable.
× Las tribus que viajan constantemente: Las tribus nómadas.
× Una persona que se enoja por nada: Una persona irascible.
× El candidato que ganó la elección: El candidato vencedor.
× Un párrafo que no se entiende: Un párrafo incomprensible.
3. Reemplazar el “que” y la frase iniciada, por una preposición más un sustantivo terminal.
× El almacén que está en la esquina: El almacén de la esquina.
× Una ponencia que se opone a la pena capital: Una ponencia contra la pena capital.
× Los perros que hay en la calle: Los perros de la calle.
× Un negocio que no presenta riesgos: Un negocio sin riesgos.
× Una persona que tiene muchos problemas: Una persona con muchos problemas.
4. Usar “quien” en vez de “que” cuando el antecedente es un ser humano.
× No fue Pedro que me lo dijo: No fue Pedro quien me lo dijo.
× Con ella fue que hablé: Con quien hablé.
× La gente que le gusta viajar en barco: A quien le gusta viajar en barco.
B. EL DEQUEÍSMO
Este fenómeno ocurre cuando se coloca la preposición “de” después de un verbo transitivo, cuando el complemento directo comienza con un “que”. Ej. Yo pienso de que me lo dijo (Debería ser: yo pienso que me lo dijo); El imagina de que (El imagina que).
Este comportamiento lingüístico está muy relacionado con el “queísmo” (cuando se omite el “de” antes de “que”, en donde sí es necesario): “¿Te acuerdas que?”. Esta inestabilidad, probablemente, se debe al cruce de dos estructuras parecidas: “Espero que vengas mañana” y “Tengo la esperanza de que vengas mañana”. Estos ejemplos, por obra de cruce, pueden transformarse en “Espero de que venga mañana” (Dequeísmo) y “Tengo la esperanza que venga mañana” (Queísmo).
Para evitar esta confusión, se debe tener claro que el complemento directo no acepta preposiciones. Por lo tanto, en caso de dudas, preguntamos al verbo principal de una oración como "Pensamos de que la situación es alarmante" ¿Qué pensamos? No podría darse como respuesta: "de que la situación....". De este modo se evitaría el “dequeísmo”.
LECTURA
· También se corrompe el idioma. (Loreto Rodríguez, J. 1978)
En el acelerado proceso de corrupción y descomposición que vive actualmente el castellano que se habla en Venezuela, se ha puesto súbitamente de moda y generalizado en demasía, el vicio de lenguaje conocido como "dequeísmo", tal vez por nuestra tendencia de querer copiar todo lo que parezca de reciente cuño. Es de suma importancia hablar y escribir correctamente el idioma, y aprenderlo de conformidad con los principios y normas de su gramática por cuanto, como apuntara Miguel de Cervantes, "las puertas de la gramática son aquéllas por donde se entra a las demás ciencias". Todos sabemos que Don Andrés Bello fue el salvador de la integridad del castellano en América. Como buenos venezolanos, seguidores de la línea trazada por ese insigne filólogo, debemos preservar la integridad del mismo y protegerlo de cualquier asechanza deformante.
Vemos con profunda preocupación cómo a diario incurren en el dequeísmo políticos, magistrados, profesores, periodistas, científicos, locutores de radio y TV., profesionales universitarios y hasta gobernadores y ministros y caer en este vulgarismo demuestra que quien lo hace anda muy fallo de gramática. Más que memorizando frías nociones gramaticales, es leyendo a los buenos escritores como se aprende a hablar correctamente, y la principal influencia al respecto la recibimos a través de diferentes medios de comunicación social. De allí lo peligroso que resulta que las masas populares, víctimas de tales influencias, inconscientemente se vean impulsadas a imitar de manera especial a los personeros oficiales dequeístas, sobre todo cuando rinden declaraciones para los noticieros audiovisuales, y al hacerlo creen que se están expresando más elegantemente o adornando las frases.
¿Habrá quien ponga freno al abuso del dequeísmo? Como quiera que el idioma es un bien protegido jurídicamente. ¿Lo harán los fiscales del Ministerio Público? ¿Llegaremos algún día a consagrar en nuestro Código Penal el delito gramatical, como ocurre en Guatemala? ¿Acaso los profesores de castellano y literatura mediante opiniones más compulsivas? ¿Un candidato a la Presidencia de la República? ¿Una campaña publicitaria? ¿El buen ejemplo de locutores, periodistas, personeros oficiales?
Bien, he aquí algunos planteamientos para coadyuvar a erradicarlo. El dequeísmo es un vicio por exceso contra el régimen prepositivo de las palabras, consistente en el empleo superfluo de la preposición "de" delante del "que" conjuntivo: esto es, acomodarle una fulana preposición "de" a cuanto complemento directo tenga que usarse en la comunicación. Se origina o produce por el fenómeno de imitación social señalado, y además por "contaminación" del verbo hablar, el cual admite entre sus modificaciones la preposición "de": siempre se habla de... literatura, política, etc. Por régimen de las palabras, en gramática entendemos en términos generales, la relación de dependencia que guardan entre ciertas palabras en la oración. Entonces, el dequeísmo no es otra cosa que una incorrección del régimen prepositivo de las palabras, cuando se emplea la preposición "de" innecesariamente, precediendo a oraciones subordinadas o proposiciones sustantivas en función de complemento directo, dependiendo aquéllas de verbos para los que no rige ninguna preposición. Por ejemplo, se dice: "Le informó de que", cuando se debe decir "Le informó que.." o "Se comentó de que", en vez de "Se comentó que", o "Yo considero de que.." en lugar de "Yo considero que.."
La proposición u oración subordinada carece de sentido completo en sí misma: le añade detalles y circunstancias a la oración principal. Cuando desempeña el oficio de sustantivo se llama proposición sustantiva. Ej.: En la oración "Le informó que vendría", "que vendría" (oración subordinada) puede sustituirse por "su venida" (venida es el sustantivo equivalente a la proposición: "que vendrá"). De modo que una expresión entera, como es el caso de la proposición subordinada sustantiva, puede realizar las funciones que desempeña un nombre y así vemos que luego de los verbos transitivos castellanos, caracterizados por llevar complemento directo, ya que la acción expresada por ellos recae directamente sobre otra persona o cosa distinta del sujeto, no puede colocarse la partícula "de" cuando el término sustantivo en que debe acabar dicha acción es el "que" enunciativo de Don Andrés Bello (Encabezador relacionante que une la proposición u oración subordinada con la oración principal). Los complementos directos no admiten régimen prepositivo. Debemos evitar pues, el uso superfluo de la preposición "de" ante una oración con "que" y detrás de un verbo de "decir" (informar, comentar, considerar).
Vamos a enumerar a título ilustrativo, una lista parcial de verbos después de los cuales, en cualquier tiempo que se conjuguen, no se debe decir "de que", sino sencillamente "que"; para ellos no rige ninguna preposición: decir, creer, comunicar, advertir, aconsejar, considerar, informar, saber, comentar, sostener, recomendar, avisar, recordar, pensar, alegar, admitir, indicar, resultar, plantear, proponer, observar, transmitir, declarar, aclarar, notar, entender, suponer, querer, demostrar.
Ahora bien ¡Mucho cuidado!, así como en el dequeísmo se peca por exceso, también se puede errar por omisión (Incorrecciones de régimen más comunes en el uso de las preposiciones, en cuanto al tema que nos ocupa). Por omisión quiere decir (¿Qué? o ¿de qué?) que algunas personas advertidas del vicio dequeísta, temerosas de incurrir en él, deciden prescindir del "de" para no comprometerse y ello tampoco es del todo saludable, porque en muchos casos a la inversa, como ya veremos, es obligatorio usar el "de que". El problema, en síntesis, estriba en aprender a discriminar cuándo debe ir el "de" acompañando al "que" y cuándo debe este último ir solo.
Así, no debe omitirse la preposición "de" cuando forma parte de la subordinada sustantiva, como complemento del verbo de la oración principal y la primera está encabezada por un "que" enunciativo. Por ejemplo se dice "se acordó que tenía que ir" y debe decirse "se acordó de que tenía que ir".
Tampoco puede faltar la preposición "de" cuando forma parte de la subordinada sustantiva como complemento del nombre de la oración principal. Se dice: "Tiene la certeza que gana" y debe decirse: "Tiene la certeza de que gana; "certeza" es el nombre del complemento del nombre y "que gana" la subordinada sustantiva. Otro ejemplo sería "Anda con el temor que se va a caer" cuando la expresión correcta es "Anda con el temor de que se va a caer".
Finalmente, está adecuadamente empleado el "de que" y más bien es incorrecto suprimir la preposición "de" a continuación de una serie de adjetivos que exigen que la oración subordinada vaya precedida de la misma. Así se dice "Estoy extrañado que te hubieran molestado" y debe decirse "Estoy extrañado de que te hubiera molestado". En este grupo de sustantivos, verbos y adjetivos, la idea que expresan o quieran transmitir, incluye en su significación la preposición "de", esta última forma un todo expresivo con dicha idea. Para evitar el dequeísmo, tomando como ejemplos los anteriormente analizados, nos formulamos la pregunta: "¿De qué se acordó? Se acordó de que tenía que ir. ¿De qué tienen la certeza? Tiene la certeza de que gana. ¿De qué estoy extrañado? Estoy extrañado de que te hubiera molestado. En conclusión, debemos hacer del buen uso del "de que" un hábito aunque al principio tengamos que reparar conscientemente en las reglas gramaticales esbozadas en el presente artículo.
C. EL QUE GALICADO
El que galicado se da con el empleo del verbo “ser” + “que” y proviene de una construcción gramatical francesa. En este caso, es frecuente decir: “Allí fue que lo vimos”, en vez de “Allí fue donde lo vimos”; “Ahora es que te convences” por “Ahora es cuando te convences”; “Así es que se aprende” por “Así es como se aprende”.
Este error se pude corregir de dos maneras:
a) Se sustituye el “que” por un adverbio de tiempo, lugar o modo. Ej.: Así es que queda bien / Así es como queda bien.
b) Se prescinde de la expresión “es que”. Ej.: Allí fue que lo encontraron. / Allí fue donde lo encontraron.
No siempre cuando el verbo ser está acompañado de “que” constituye un error, pues cuando aquél significa suceder, verificar o resultar, está empleado de forma correcta. También será correcto el uso con oraciones subordinadas sustantivas: “Era que no entendía”, “Vendrá nuestro amigo Enrique, así es que preparémonos”, “Lo cierto es que no puedo ir a tu casa”, “Indudablemente es que saldremos juntos’. Lo mismo se dirá cuando el “que” sea una conjunción causal. Ej.: “Si no te llamo es que me he ido”
También Ragucci (1963: 612) opina que debe evitarse en absoluto el que galicado, e insiste en las expresiones como las antes mencionadas: "Allí fue que cayó; Entonces fue que lo vi; Ejercitándose es que se aprende", etc. Estas construcciones se corrigen sustituyendo el “que” por un adverbio oportuno: "Allí fue donde cayó; Entonces fue cuando lo vi; Ejercitándose es como se aprende"; y serán más correctas aún con la supresión no sólo del “que” sino también del verbo “ser” que lo precede: "Allí cayó; Entonces lo vi; Por eso lo buscaban; Ejercitándose se aprende". Por otra parte, también resulta galicado el “que” de las siguientes expresiones: "Será Pedro que irá; De la guerra es que se discute", etc. Debe decirse: "Será de Pedro el que, o quien, irá; De la guerra es de lo que se discute"; o, más breve y mejor: "Pedro irá; De la guerra se discute".
Los pronombres relativos son los que refieren a un sustantivo expresado anteriormente. Ej.: Es feliz el joven que guarda puro su corazón. El sustantivo al que se refiere al pronombre se denomina antecedente, porque por lo común va delante del pronombre. El antecedente de “que” es “joven”. Los pronombres relativos son los siguientes: que, cual, quien, cuyo.
Observaciones:
× El que relativo no cambia su terminación, sirve para ambos géneros y números. Ej. El niño que vino, los niños que vinieron, la niña que vino, las niñas que vinieron.
× No debe confundirse el relativo con el “que” conjunción. Cuando es relativo puede ser sustituido por “el cual” o “quien”. Ej. El libro de que (del cual) te hablo; el joven que (a quien) ves. Esta sustitución no puede efectuarse en caso de ser conjunción: Quiero que vengas.
× Tampoco debe confundirse con “que”, acentuado, adjetivo o pronombre admirativo o interrogativo: ¡Qué casa!; ¿Qué ves?
· Concordancia del relativo con su antecedente
Los accidentes comunes a relativo y antecedente son el género y el número. Por regla general el relativo concierta con su antecedente en género y número. Ej.: Fue citado el reo (antecedente: masculino, singular), el cual (relativo: masculino, singular). En caso de que el relativo se refiera a un antecedente formado por dos o más nombres, debe concordar con él, como lo haría un adjetivo con varios nombres. Ej.: Hablé al padre y al hijo, los cuales…; a la madre y a la hija, las cuales, etc. Si el antecedente es una oración entera, el relativo se pondrá en género neutro. Le dije que se sentase a la mesa, (el antecedente es esta oración como un hecho), lo cual no quiso hacer.
El pronombre relativo debe ser colocado cerca de su antecedente. Ej. Señalaré un capítulo en este libro que me parece muy interesante. Debería decirse: Señalaré en este libro un capítulo que me parece muy interesante. En algunas oportunidades, no resulta fácil colocar el relativo inmediatamente después de su antecedente. En tal caso, si el empleo de “que”, “cual”, “cuyo”, etc., fuese causa de equívoco, se recomienda sustituirlo por “el cual”, “del cual”, etc., o bien se repite el antecedente o, simplemente, se da otro giro a la frase. Ej. Al decir: “Hay una edición en este libro que resulta muy agradable por su impresión”, si queremos colocar el relativo “que” inmediatamente después del antecedente “edición”, tendríamos que escribir: “Hay una edición que resulta muy agradable por su impresión en este libro”. Como es obvio, el remedio ha sido peor que la enfermedad: por tanto, se recomienda: “Hay una edición de este libro, la cual resulta muy agradable por su impresión”, o también: “De este libro, hay una edición que resulta muy agradable por su impresión”.
EJERCICIOS PRÁCTICOS
I. Corrija los errores que observe en cuanto al uso del “que”.
1. Aquí es que vive. 2. ¿De dónde fue que salió? 3. Fue en el siglo XV que se inventó la pólvora y la brújula. 4. Entonces fue que estuve enfermo de cuidado. 5. Era de Juan que me ibas a comentar. 6. Empastados es que los libros duran más. 7. Con él fue que salí. 8. Es practicando la virtud y no siendo ociosos que se puede ser feliz. 9. Es con justicia que se gobierna a los pueblos. 10. Así es que funcionan las computadoras. 11. ¿Te comunicaron de que no hay examen? 12. Admito de que no fue clara la explicación. 13. Asegúrese que hay pan para todos, antes de hablar. 14. Entonces fue que me enteré del problema. 15. Con él fue que peleé. 16. Debo demostrar de que tú no eres fiel a nuestra institución. 17. Es conociendo acerca del tema que se desenvuelve mejor la gente en esa área. 18. Espero de que acepte todas mis condiciones. 19. No creo de que debemos pensar más en esa situación. 20. Estoy segura que ganaremos las elecciones internas del partido.
II. Redacte de nuevo las siguientes frases, colocando el relativo “que” en el lugar que debe ocupar; o bien sustitúyalo por “el cual”, “del cual”, “la cual”, etc.; repita el antecedente o dé otro giro a la frase.
1. La joven salió en ese momento al escenario que estaba participando en el Concurso de Belleza. 2. Tengo un trabajo para entregar al Director, que me tiene muy preocupado. 3. Estoy haciendo un proyecto del libro para la Academia en que trabajo, que me ocupa todo el día. 4. Se vio aparecer entonces al comandante a la cabeza de su batallón, cuyo valor animó a los defensores del fortín.5. Compré hace un año una casa, con un hermoso jardín, que pienso vender ahora. 6. Hay una escena en esta película que emociona a los espectadores. 7. Traigo unos caramelos a unos niños, cuyo sabor es muy agradable. 8. Surgió un hombre entre la multitud que empezó a dar gritos espantosos. 10. Me presentaron a Juan, el hijo de mi amigo Leo, a quien vi ayer en el cine. 11. Era la cobija de la abuelita que estaba rotita y vieja por el uso. 12. Le di sombrero al mendigo que estaba nuevo y tenia flores de adorno. 13. Compré unos zapatos a mi sobrina que tenía unos lacitos verdes. 14. Juan regaló ayer una torta de cumpleaños a su novia que estaba sabrosa. 15. El profesor mandó unos ejercicios a los alumnos que estaban muy difíciles de resolver. 16. En su cumpleaños, compramos una máquina de coser a mamá que era negra. 17. El día del padre, llevamos unos pañuelos a los viejitos del hospital que se veían muy amarillitos por el tiempo. 18. En la Misa del pasado domingo, los fieles obsequiaron un libro al sacerdote que tenía las tapas viejas y arrugadas.
Nota: este material ha sido tomado del texto: Carrera, L; Vázquez, M; Díaz, M.E. (2002). Técnicas de Redacción e Investigación Documental. Caracas: Autor.
Ver: http://liduvinacarrera.blogspot.com/p/publicaciones.html
Gracias por su aporte profesora, saludos desde Maracaibo!.
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