martes, 28 de septiembre de 2010

E L N E O C L A S I C I S M O


Es una escuela del siglo XVIII, proyección del humanismo renacentista, cuyos autores se propusieron captar y expresar en obras modernas el espíritu y las enseñanzas de los escritores antiguos. El poder de la razón y lo razonable; una ilimitada confianza en la fuerza de lo natural es lo que guía a este siglo. Es la época de la Ilustración.

Neoclasicismo y Preromanticismo en Hispanoamérica

Gran parte de lo que se escribe en Hispanoamérica entre 1800 y 1830 se encuentra de alguna manera relacionado con la emancipación de casi todas las provincias españolas y con su organización político-administrativa. Las guerras a favor de la independencia se complementaron con la prédica ideológica, cuyo objetivo era cimentar los principios que debían sostener el nuevo orden social.

Estas prédicas ideológicas estuvieron sustentadas en el pensamiento de la Ilustración. Montesquieu y Rousseau contribuyeron tanto en Europa como en América a que se destruyera el gobierno absolutista de los reyes. Por otra parte, quienes dirigían la emancipación adquirieron rápidamente la conciencia de que la América hispánica era distinta a Europa y a la América anglosajona, y de que las soluciones a los problemas hispanoamericanos se debían centrar en las propias realidades étnicas, geográficas, económicas, culturales y políticas. La necesidad de divulgar estas nuevas ideas y de informar acerca del curso de las guerras nacionales dio origen a una literatura política que adoptó las formas de cartas, discursos, proclamas, decretos, artículos polémicos o satíricos y ensayos. Estos escritos se hacían públicos a través de periódicos, folletos y hojas sueltas.

Para finales del siglo XVIII, la ciudad de Caracas tiene aproximadamente unos treinta mil habitantes. Al igual que Aragua y los Valles del Tuy, ha alcanzado un próspero y creciente desarrollo agrícola.

La Compañía Guipuzcuana, en sus naves, saca de los puertos del litoral el cacao de Chuao y Barlovento; el tabaco de Cumaná y Barinas, los cueros del Llano. Las empresas de la Compañía, a pesar de su monopolio económico; el comercio de contrabando con Curazao, que no pueden impedir y a veces fomentan los funcionaros reales, y el Reglamento de Comercio Libre promulgado por la Corte de España en 1778, han contribuido al auge de los negocios y a la abundancia y holgura criolla. Los mantuanos se han construido hermosas casas, con patios cubiertos de fuentes y hermosos árboles y delicadas flores. Allí crecen familias numerosas y se cuentan y guardan sólidos escudos castellanos. El bienestar ha producido también, contra el sencillo ruralismo de los dos primeros siglos coloniales, un más refinado estilo de vida urbana. La Caracas de finales del siglo XVIII y principios del XIX es una de las más agradables ciudades indianas.

Las naves que vienen de Europa y de México, el comercio con los ingleses, franceses y holandeses de las Antillas, traen a aquella sociedad, junto con sus mercancías, las ideas nuevas. Como la clase criolla está más rica y toma conciencia de su poder, siente ahora con mayor viveza los obstáculos que para su desarrollo político y social le plantea la Administración española.

En Venezuela, el 19 de abril de 1810 se prende la chispa que encendería las dormidas voluntades de los distintos grupos que con diferentes actitudes comparten la dirección de la sociedad colonial. La Revolución Francesa y las lecturas de contrabando hechas por algunos teóricos de nuestro movimiento emancipador, determinan en el ámbito cultural un antagonismo definido frente a la literatura y pensamiento colonial. Las manifestaciones literarias más importantes de este período casi se reduce al periodismo y a la oratoria.

La oratoria que se estila en los días iniciales de la emancipación rompe con los viejos moldes coloniales. La acción de las masas y de las grandes asambleas imprime un nuevo corte a la oratoria de la revolución. Los oradores utilizan un lenguaje encendido, capaz de remover las más dormidas pasiones.

Entre los representantes de la nueva sensibilidad política y literaria dentro de esta manifestación cultural se encuentra Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Antonio Muñoz Tébar, Francisco Espejo, Vicente Salias, entre otros. Los oradores de los días iniciales de la emancipación son fogosos; emplean un lenguaje brioso, caldeado por los sentimientos revolucionarios. Emulan en sus gestos y en sus párrafos vibrantes a los grandes oradores de la Revolución francesa. La vieja oratoria española de largos períodos, de rebuscadas expresiones de corte académico se desvanece para siempre en los primeros embates de la revolución emancipadora.

Por su parte, el periodismo había alcanzado en los momentos iniciales del movimiento libertador una gran vigencia. En 1808, se funda la Gazeta de Caracas. Su primer número aparece el 24 de octubre. Fue editada por Mateo Gallagher Y Jaime Lamb, en la imprenta que ellos habían comprado en Trinidad y que viniera a bordo del barco que condujo a Miranda a las costas venezolanas, en su expedición de 1806. El periódico era semanal y estaba sujeto a la censura del gobierno. Durante la Guerra de Independencia, este periódico unas veces estuvo en manos de los patriotas y en otras en manos de los realistas.

En los días cruciales de la revolución emancipadora, junto a la Gaceta de Caracas nacen otros voceros que servían de medios divulgativos a los empresarios del nuevo movimiento político. Entre otros periódicos, podrían citarse el Semanario de Caracas, cuyos primeros números corresponden al mes de noviembre de 1810, redactado por el Licenciado Miguel José Sanz y José Domingo Díaz. El Mercurio Venezolano, con sesenta páginas, bajo la dirección de Francisco Isnardi y cuyo primer número apareció en 1811. El Patriota de Venezuela dirigido por Vicente Salias Y Antonio Núñez Tébar, órgano de la Sociedad Patriótica, cuyos primeros números corresponden a junio de 1811. El Publicista de Venezuela, órgano del Supremo Congreso, cuyo primer número apareció el 4 de julio de 1811 y fue redactado por el secretario de la corporación. Todos estos periódicos sirven a la causa emancipadora y anuncian una vigorosa generación de pensadores. La tradición del periodismo de la emancipación culminará con la aparición de El Correo del Orinoco que en 1821 dirige José Luis Ramos. Ya para entonces, la República en manos de una generación que ha logrado alcanzar el triunfo, gracias a su arrojo, cuanta con una publicación oficial, estimulada y orientada por el propio Libertador.

Los libros que se leerán en toda América Latina, para esta época, serán referidos al dominio despótico del español, a ideas revolucionarias en contra de ellos. Desde 1771, Venezuela había mandado un mensajero a lo que se pudiera llamar el gran cónclave del Enciclopedismo revolucionario europeo: Francisco de Miranda, quien con su táctica de conspirador y su avasallante personalidad tratará de despertar la conciencia de los americanos. Él actúa desde los países europeos, en compañía de algunos enciclopedistas y conspiradores de ese continente firmando un plan de emancipación americana.

Mientras Miranda llega a hacer la revolución, otros hombres en Venezuela realizan la crítica al sistema colonial español. Entre algunos tenemos a Miguel José Sanz, Juan Germán Roscio, Cristóbal Mendoza, y Simón Rodríguez quien desde 1800 anda por Europa practicando la pedagogía de Rousseau. Nacido en plena colonia va a morir casi nonagenario y olvidado cuando ya muchos presidentes se han sucedido en las nuevas repúblicas americanas; rompe los límites de un esquema literario nacional.

Para comienzos de 1800, la alta clase criolla de Caracas, alcanza un refinamiento casi europeo. La música colonial que es uno de los milagros de la cultura venezolana y la poesía neoclásica juguetona y apacible, encantan las veladas sociales de la aristocracia nativa.

La casa de los Ustáriz, ricos y epicúreos señores y las haciendas de café de Chacao, Blandín y la Floresta, al pie del Ávila y bajo sus frescos ceibos y bucarales, congregan en días de fiesta a grupos de alegres y despreocupadas gentes. Se improvisan conciertos y se recitan poesías.

Allí estará con su timidez y fresca inteligencia Andrés Bello quien preside la más nueva promoción poética, la que ha enterrado el barroquismo colonial en una sencillez neoclásica. El Enciclopedismo europeo llega a Venezuela a pesar de los Reyes. Con Bello se crece, gracias a sus lecturas de los clásicos Virgilio y Horacio. Bello espera que el progreso pueda adaptarse sin violencias, por el simple juego de las fuerzas naturales. Invocaciones a la paz, al trabajo de las dilatadas tierras, a una vida virgiliana en las claras campiñas del centro de Venezuela que todavía no puede ver sino animadas por ninfas y mitos clásicos, son las primeras poesías de Bello.


CARACTERÍSTICAS DEL NEOCLASICISMO

1. Papel de la razón en el acto creador

Los neoclásicos consideran importante el sujetarse a los dictados de la razón en el acto creador. Es una manera de evitar el desbordamiento de la imaginación y de las emociones para evitar que se destruya la armonía del poema.

2. El plan de la obra

La armoniosa distribución de las partes se logra elaborando un plan y siguiéndolo disciplinadamente.

3. La decantación del lenguaje

Los neoclásicos buscan lo acabado, lo perfecto, y para ello utilizan un lenguaje poético, claro y sencillo.

4. El estudio de los modelos clásicos

La manera como los neoclásicos logran escribir en una forma reflexiva es a través de la lectura de los grandes clásicos de la antigüedad. Estudiando sus obras se purifica el gusto y se aprende a conservar el dominio sobre la imaginación, aun en medio de los estallidos emocionales. La lectura de los clásicos depara la posibilidad de ganar una lengua culta, rica y propia.

5. El arte como imitación de la naturaleza

Así como los griegos y los romanos concebían el arte como una imitación fiel de la naturaleza, los neoclásicos heredan esta posición y se plantean como ideal estético la representación fidedigna del hombre y de la naturaleza, tal y como aparece en la realidad. Cuando por excepción incurren en hipérboles o en el uso de recursos extraordinarios que contradice esta idea es porque así lo amerita el tema tratado.

6. Función didáctica de la poesía

Para los antiguos, la poesía era la maestra de los pueblos. El poeta enseñaba deleitando. También los neoclásicos asumen la poesía como un medio para difundir sus mensajes doctrinarios.

7. La Impersonalidad

Los poetas neoclásicos evitaron que el mundo privado de sus sentimientos se proyectase directamente en la obra.

8. La Universalidad

El neoclasicismo no fue partidario de los temas locales. Su orientación estética reposa sobre cierta idea de lo universal. Lo mutable y transitorio no es importante. Hay que buscar lo permanente, captarlo y expresarlo y así crear una obra de interés que se proyecte sobre más lectores y al mismo tiempo que llegue a ser permanente en el tiempo.

Listas de Referencias

Díaz Seijas, P. (1966) La Antigua y Moderna Literatura Venezolana. Caracas: Ediciones Armitano.

Picón Salas, M. (1961) Estudios de Literatura Venezolana. Caracas, Ediciones Edime.

Sambrano Urdaneta, O. y Miliani, D. (1971) Literatura Hispanoamericana. Tomo I. Caracas, Ediciones Texto.

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