Regresó a Cali sin terminar el bachillerato, debido a la difícil situación económica de su familia, lo que le hizo olvidar su sueño de ir a estudiar medicina a Inglaterra. Participó en 1854 en las campañas del Cauca, contra la dictadura del general José María Melo. Dos años después contrajo matrimonio con Felisa González Umaña. En 1860, volvió a tomar las armas y participó en defensa del gobierno conservador de Mariano Ospina Rodríguez, contra el general Tomás Cipriano de Mosquera.
Un año después, fue nombrado subinspector de los trabajos que se realizaban en la construcción del camino de Cali a Buenaventura. Durante este año de labores en el campamento de
Renunció al cargo y regresó a Cali a terminar la redacción de la obra. El 16 de marzo de 1861 murió su padre, suceso que le obligó a dejar a un lado su afición por la anatomía, la botánica y la medicina y a dedicarse a salvar de la ruina las haciendas y negocios de su padre. No logró cancelar las deudas, motivo por el cual le entregó todos los negocios a su hermano Alcides.
De vuelta a Bogotá, se encuentra en 1864 instalado en la capital de
En 1871-1872 representó a los Estados Unidos de Colombia como cónsul general en Chile. En 1873 regresó nuevamente a Colombia y se dedicó a organizar la educación en Cali. Se preocupó por la calidad de la enseñanza en todos sus aspectos, tanto en preparación y capacitación de los maestros, como en dotación de los centros educativos. Promovió la educación de la mujer, procuró la creación de escuelas nocturnas, agrícolas y de oficios. Seguidamente, ocupó el cargo de superintendente general de Instrucción Pública Primaria en el Estado del Cauca (1875) y en el de Tolima (1883-1884).
En enero de 1880 se proclamó como Jefe Civil y Militar de Antioquia, pero como no encontró apoyo del gobierno central ni de su partido, tuvo que rendirse. Por tal motivo fue expulsado de
Después de una pausa, reanudó sus exploraciones por la región meridional de Cundinamarca, donde descubrió cavernas con restos humanos muy antiguos. En noviembre de 1886 recorrió la zona de Sevilla, Aracataca, Fundación, Montería, Ronda y Masuga. Aquí también descubrió yacimientos de hulla, petróleo y fosfato de cal. Pasó sus últimos años en Ibagué con su familia, donde murió en 1895.
Su obra literaria
En mayo de 1867 apareció en Bogotá su obra cumbre, María, novela que alcanzó un éxito inmediato, hasta el punto de alcanzar más de veinte ediciones a lo largo del siglo XIX. Los críticos literarios la han reconocido como la mejor novela romántica de América Latina, y le ha merecido a su autor el lugar que en la historia literaria corresponde a los clásicos universales.
La anécdota de la obra, narrada en primera persona por el protagonista, es mínima. Efraín, terminados sus estudios, regresa a la hacienda paterna, en el valle del Cauca; allí encuentra de nuevo a su prima María, joven de quince años, adoptada por la familia. El amor, primero levemente insinuado, se convierte después en una pasión avasalladora, mientras sombríos presentimientos (la enfermedad de María, la misteriosa ave) anuncian el triste final. El padre del muchacho decide enviar a éste a Inglaterra, para que curse estudios de medicina; al año una carta le anuncia la grave enfermedad de María. Efraín regresa a su casa, pero ya es tarde: los últimos momentos vividos por la amada los conocerá a través de la narración de su hermana Emma. Casi la totalidad de la obra se refiere a la estancia de Efraín en la hacienda, desde su vuelta del colegio de Bogotá hasta su marcha a Inglaterra. En un admirable "tempo lento" el autor nos presenta, en esta parte central, el mundo idílico de las relaciones entre los dos enamorados, hecho de silencios, equívocos, medias voces, secretos, palabras no pronunciadas, adivinaciones, juegos de manos, miradas... y a su alrededor el escenario real de la tierra del Cauca.
Motivan este doble aspecto, de idilio y realidad, las dos corrientes literarias que confluyen en la novela: la romántica y la realista. La primera proviene del pasado; es la corriente de la novela sentimental, que en la obra tiene su muestra más importante en el exotismo del cuento de esclavos de Nay y Sinar, desarrollado en un marco africano; la segunda, cara al futuro, anuncia algunas características de parte de la novela hispanoamericana, y dentro de ella tiene lugar el máximo acierto de Jorge Isaacs: el descubrimiento del paisaje americano. Problema muy discutido por la crítica ha sido el del valor autobiográfico de la narración: en algunos momentos es indudable que Isaacs nos está dando su experiencia directa y familiar.
FUENTE: http://es.shvoong.com/books/1705297-mar%C3%ADa-jorge-isaac/
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