martes, 27 de abril de 2010

ALGUNAS CONSIDERACIONES DE LA NOVELA HISTÓRICA

Elaborado por Mireya Vásquez Tortolero http://images01.olx.es/ui/3/23/46/61661746_1-novela-historica2-libros-diferentes-centro.jpg


Al hablar de Novela Histórica debemos hacer alusión a la creación ficcionalizada de hechos históricos o personajes históricos dentro de un marco socio-político-histórico que permite al escritor el material propicio para la realización de su obra. Es referirse al género donde el tema planteado se desarrolla en épocas anteriores o contemporáneas al autor, donde el ambiente y las características del tiempo narrado se presentan con mayor o menor fidelidad, donde se interrelaciona la realidad con las acciones figuradas y donde actúan los personajes de ficción al lado de personajes de comprobada existencia histórica.

El profesor Osvaldo Larrazábal Henríquez (1995) afirma que este tipo de novelas propone un acercamiento al hecho histórico, o al personaje histórico sin que su interés por la absoluta veracidad sea un elemento imprescindible. Por ser literatura, no necesita ajustarse totalmente a la verdad histórica, puede permitirse “toda clase de licencias y las maneja con la audacia que pueda imprimirle el escritor. (p.5)

Georg Lukács habla de “individuos históricos” cuando se refiere al personaje central de la novela. Estos individuos reflejan sus victorias o sus fracasos en el cumplimiento de su misión histórica. En la narración se elimina lo anecdótico de la biografía para dar paso a lo que se encuentra más vinculado con la tarea histórica que debe cumplir.

En la novela histórica hay un marco social, Ella está enmarcada en un contexto socioeconómico, cultural y político que rodea la vida del personaje central.

Este tipo de novelas posee tres elementos indispensables:

1.- Un personaje histórico real.

2.- Una época cronológica determinada y estructurada por el novelista.

3.- Una documentación bibliográfica correspondiente, tanto de la época como del personaje seleccionado.

Podemos agregar, además, que presenta tres planos:

1.- El plano histórico: se refiere a la historia social y política de una época determinada.

2.- El plano biográfico: se refiere a la historia de la vida real del personaje seleccionado.

3.- El plano narrativo: es el lenguaje que se utiliza en el desarrollo de la novela.

La novela histórica nace en Europa a comienzos del siglo XIX. Walter Scott (1771-1832) es quien da inicio a este tipo de narraciones. Autor, entre otras, de la

Biografía de Napoleón, León Tolstoi (1828-1910), también se puede ubicar dentro de este género. Escribió una de las obras más extraordinarias de todos los tiempos La Guerra y la Paz. El austríaco Stephan Zweig (1881-1899) escribió, entre otras, las biografías de María Estuardo, María Antonieta, Magallanes, etc. y otros escritores de diferentes países del viejo continente.

Latinoamérica también tiene su tradición con respecto a este tipo de novelas. Según Alexis Márquez Rodríguez, la primera novela de esta categoría que se publica en América, se escribió en México, es de autor anónimo. Se trata de Xicotécatl, referida a la conquista de México y las luchas entre aztecas y tlacaltecas. Fue editada en 1826. En 1879, en Santo Domingo se publica la novela Enriquillo donde se narra episodios verídicos ocurridos entre 1503 y 1533 en la isla de Santo Domingo o de Haití. En Argentina tenemos a Estebán Echeverría (1805-1851) considerado como el iniciador del Romanticismo Literario en América, su obra El Matadero es un relato de corte político y posee rasgos de novela histórica. La obra Facundo de Domingo Faustino Sarmientos (1811-1888) está ambientada en un período concreto de la historia argentina: la dictadura de Juan Manuel Rosas, entre 1828 y 1852. Alejo Carpentier, publica en 1949, El reino de este mundo, basada en hechos reales de la historia de Haití. En Venezuela se inicia con Blanca de Torrestella de Julio Calcaño., publicada en 1868. En nuestro país, son muchos los escritores que dentro de sus obras cultivan este género. Entre los más destacados podríamos referirnos a Eduardo Blanco con su novela Zárate (1882) a Arturo Uslar Pietri, quien en 1931 publica Las Lanzas Coloradas, y más tarde, en 1947 aparece El Camino del Dorado. También en 1931, Enrique Bernardo Núñez publica su magistral obra Cubagua. Más recientemente, en 1979, sale publicada la obra Lope de Aguirre, príncipe de la libertad de Miguel Otero Silva y algunas de las obras de Francisco Herrera Luque, como La luna de Fausto (1983).

En definitiva, se puede decir que en este tipo de novelas, los hechos históricos son de vital importancia, pero no sólo la biografía del héroe o los hechos que lo rodean deben tomarse en cuenta, también debemos referirnos a la “ficcionalidad” , a la interpretación que de los hechos y personajes hace el autor. El novelista histórico como no tiene nada que probar, la fuente bibliográfica de donde toma las referencias históricas puede modificarla. Por lo tanto, lo histórico se inserta en la anécdota. El narrador cuenta los acontecimientos subordinados a la problemática de sus personajes, que en su mayoría son de existencia real.


UNA POSICIÓN ANTE EL CAMINO DE EL DORADO DE ARTURO USLAR PIETRI


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La mayoría de las novelas de Arturo Uslar Pietri pueden ser calificadas como novelas históricas, a pesar de que a él no le gustaba esta denominación para sus obras. Una de las más representativas de este género es El camino de El Dorado que fue publicada en 1947. En ella se cuentan las aventuras o más bien desventuras de la última etapa de la vida de Lope de Aguirre, conquistador español quien por su crueldad y despotismo mereció el apelativo de El Tirano, en todas las páginas de la historia de la América Hispánica.

Lope de Aguirre fue un personaje real que llegó a América hacia 1534 y su vida transcurrió entre las regiones de Perú y Nueva Granada, recorrió el río Amazonas y llegó hasta Venezuela. En nuestro país, estuvo en la Isla de Margarita, donde hizo que cundiera el pánico sólo con que se pronunciara su nombre. Pasó a tierra firme y estuvo por las regiones correspondientes a la Cordillera de la Costa, desde lo que hoy conocemos como el estado Carabobo hasta Barquisimeto, donde es asesinado por algunos de sus antiguos compañeros de fechorías.

Es sabido que en la mayoría de las novelas históricas el hecho real sirve de fondo para el desarrollo de la trama ficcional, pero en esta obra de Uslar Pietri, la realidad está muy bien definida. Los acontecimientos que se relatan son tomados de la historia. Alexis Márquez Rodríguez afirma que Juan de Castellanos es uno de los cronistas que más hace referencia a Lope de Aguirre, personaje central de la novela. El ambiente físico que se describe es totalmente verídico y muchos de los personajes que aparecen son de existencia real. Sin embargo, para que sea novela debe tener, como se dijo anteriormente, elementos ficcionales. Tal vez algunas de las aventuras del protagonista (o la manera como se relatan), al igual que la existencia de otros de los personajes que lo acompañan, no sean de existencia comprobada; por ello es considerada novela y no crónica. Es en la ficción donde radica la importancia de las novelas históricas, por eso El camino de El Dorado [1] está catalogada como tal.

La novela está narrada en tercera persona omnisciente. A través del narrador logramos conocer el mundo interior de los personajes, es este otro motivo para afirmar que es novela y no crónica, pues sólo un narrador de este tipo puede introducirse en la conciencia, y relatar el pensamiento y sentir de los personajes. Dentro de la novela conseguimos varios ejemplos de esto Sólo se hará referencia al de Juan Alonso de la Bandera, quien se enamora de doña Inés de Atienza, el narrador nos refiere lo que siente este personaje cuando logra verla... “Era Juan Alonso de la Bandera. Desde que por la tarde se había quedado absorto mirando la maravillosa mujer, no había podido apartarla de su imaginación.” (p.196) Y a la vez elimina el carácter histórico que pueda tener el relato, a pesar de la veracidad con que son contados los acontecimientos.

Otro aspecto que llama la atención en la novela El camino de El Dorado es el tono fatídico que se descubre. Toda ella se desarrolla dentro de un ambiente lúgubre, sombrío, las descripciones que hace el narrador son casi todas por este estilo. Un ejemplo de esto es:

“Sensiblemente el río se iba haciendo más amplio y más lento. Las elevadas montañas que se veían tan próximas en Santa Cruz, ahora se alejaban cada vez más en el horizonte azuloso. En las altas barrancas de las orillas, la vegetación se hacía más tupida e imponente. Era una espesa muralla de inmensos árboles... (p.214)

También en la narración se muestra ese mismo tono. En el último capítulo, donde se narra la muerte de Lope de Aguirre pareciera que el narrador se deleitara describiendo los últimos momentos de El Tirano. Son páginas lentas, de descripciones detalladas de cada uno de los acontecimientos y siempre lúgubres y oscuras.

García de Paredes y Pedrerías se le acercaron, le tomaron la daga, le quitaron la espada, le arrancaron la capa y le desprendieron el cosolete. El se dejaba hacer como desmadejado...

... Suena un disparo. Le da en el brazo:

--Este es malo – dice con desprecio e ira.

Suena otro. El mundo se le va. Mientras cae, murmura:

--Este si es bueno...

Cuando Custodio Hernández se levanta, los otros se abren para hacerle calle. Va hacia la puerta, por donde entra la luz del día. Lleva de la mano, colgada por los cabellos, casi a ras del suelo, la cabeza del tirano, como un farol apagado.” (pp.398-399)

Con respecto al personaje Lope de Aguirre, podemos decir que el narrador lo presenta como un ser atormentado, casi esquizofrénico, lleno de contradicciones, se podría decir que desalmado, pero no por instinto sino como producto de las circunstancias que lo rodean. Esto refleja el punto de vista del autor, quien sin negar las atrocidades cometidas por este personaje, pareciera que justificara su actuación al presentarlo como se dice anteriormente.

Finalmente podemos decir que en esta novela, Uslar quiere mostrar uno de los hechos más dramáticos de la conquista americana y que más conmovieron la historia de todo el Continente. Es una novela donde el lector siente un mundo oscuro, ennegrecido por la narración de los acontecimientos. Queda en él una especie de angustia ante la presencia de un personaje de las características de este ser capaz de destruir a todo aquél que se oponga a su voluntad, sin sentir ni un ápice de remordimiento.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Larrazábal H. O.(1995) Tres Ensayos sobre la Novela Histórica de Venezuela. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Instituto de Investigaciones Literarias.

Luckacs, G. (1976) La novela histórica. Barcelona: Ediciones Grijalbo s.a.

Márquez Rodríguez, A. (1991) Historia y ficción en la novela venezolana. Caracas: Monte Avila Editores.

Miranda, J.(1975) Proceso de la narrativa venezolana. Caracas: Universidad Central de Venezuela.

Morón, G. (1971) Historia de Venezuela. La Creación del territorio. Caracas: Italgráfica, impresores editores s.r.l.

Uslar Pietro, A. (1953) El Camino de El Dorado, En: Obras Selectas. Madrid.Caracas: Ediciones Edime.



[1] Uslar Pietri A. (1953) El camino de El Dorado. Todas las citas son de esta edición

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